Un encuentro con Abuelo Fuego en Tepoztlán

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No suelo viajar de mi amado Borikén.  Pero en septiembre del 2017, justo luego del huracán María, mientras contemplaba mi escuela sin techo y mis siembras de yerbas medicinales enterradas bajo árboles caídos, sonó mi teléfono móvil por primera vez desde la tormenta.  Era mi gran amiga Erin y su esposo Adam. Me llamaban desde los EE.UU. a ver cómo yo estaba y a invitarme a viajar a Tepoztlán, México para participar de sus ceremonias anuales de primavera. Como graniceros de la tradición nahual, orarían por las lluvias benevolentes y les darían la bienvenida. 

Gracias al huracán, el 2018 se veía impredecible; todos mis proyectos planificados para los próximos meses ya se habían desvanecído. Así que cerré los ojos, pregunté a mi corazón . . . y les dije que sí.

Ya en Tepoztlán, alrededor de una gran fogata, nuestro grupo recibió el regalo de una noche de sabiduría ofrecida por el espíritu del Fuego, Abuelo Fuego. (Para saber más sobre esto, tocar aquí.)  Me atreví a pedirle consejo: “Necesito perspectiva sobre la crisis que vivimos en Puerto Rico. Desde del huracán, ha habido un éxodo de docenas de miles de familias . . . y un saqueo económico. Nuestros gobernantes están aprovechando la crisis para cortar las pensiones, cerrar las escuelas, desmantelar las corporaciones públicas, las instituciones culturales y hasta nuestro sistema universitario.  Recurren a la represión, la violencia y otros métodos del capitalismo extremo . . . .” Comencé a llorar. ¡Uff! ¿Había yo dicho demasiado? ¿Era un lugar seguro para hacer preguntas socioculturales?

El Abuelo no tardó en responder.  Describió cómo es que los huracanes limpian el ambiente . . . eliminando los árboles débiles, dejando sólo a los más fuertes y creando las condiciones, el espacio para la sangre nueva.  Se refería a la gente que se queda en el país como “los arboles fuertes.” Explicó compasivamente que el papel de los gobernantes es mantener el orden y la estabilidad, y que se desesperan porque el sistema que ellos representan se va desintegrando.  Terminó sugiriendo que para los árboles fuertes, éste podría ser el mejor momento para crear -desde nuestras raíces subterráneas más profundas- el nuevo Puerto Rico que visualizamos para todos, y que entonces, los boricuas que se fueron, regresarán.

Recibí estas palabras con agradecimiento ya que el futuro de mi país adoptivo pinta desesperanzador. Las palabras del Abuelo me aclararon que he de nutrir mi fé de que sí, otro Puerto Rico es posible. Y que ahora, como educadora y líder, me toca seguir co-creando – sin permitir que me distraigan las malas noticias – el Borikén transformado que anhelamos habitar.

María Benedetti es una autora y educadora etnobotánica que vive desde 1989 en la tierra de la familia de su madre, Puerto Rico. Ella puede ser contactada a través de su sitio web, www.botanicultura.com.

— María Benedetti
Puerto Rico
July 17, 2018